Bioantropología: Virtuosidad y virtualidad en la educación empleando las TIC´s.


Pérez Chacón, José Luis 1


"Hay dos formas de vivir tu vida.

Una es pensar que nada es un milagro.

La otra es pensar que todo es un milagro"

Albert Einstein (1879 – 1955)


Fuente: http://www.ajuaa.com/news/thumbnail.php?file=ni__ohuerfano_782323055.jpg&size=article_medium

Educación Virtual y Bioantropología: aportes al verdadero sentido de la vida

I. El sentido interior de la vida es posible reorientarlo con la educación

Considero que es importante, antes de adentrarme al tema de la educación virtual –que dicho de paso considero vital para hablar de educación en nuestra época– aseverar que la educación de hoy no se pro-mueve sino se pro-muere, sobre todo de manera institucional, no nos adentra en el conocimiento integral de la vida. Por más que hablemos de nuevos modelos educativos centrados en el aprendizaje del estudiante, y en los que se enfatiza el propósito de educar para la vida. Las reformas educativas que se plantean desde lo institucional, no dejan de ser simples remiendos de tela nueva sobre fibras (estructuras) roídas por el academicismo, economicismo e inclusivismo, que ante todo, el Estado ha impuesto como meta para alcanzar el desarrollo y el progreso de los pueblos, en cualquier parte de nuestro planeta.

Hoy, si en realidad queremos hacer algo por la educación de lo humano, desde cualquier ámbito en el que nos encontremos, debemos hacer reflexión y conciencia universal, sin caer en filosofismos o ideologías ortodoxas, sino haciendo encuentro ecuménico y diálogo intergeneracional sobre los grandes problemas que aquejan a la humanidad de nuestros tiempos, partiendo de la necesidad de reencontrar los espacio-temporales de virtud1, en los que hombres y mujeres compartamos los sin sentidos interiores de la vida, para poder acceder a pensamientos complejos que nos permitan atender este grave lastre que invade la vida de millones de seres humanos. Los jóvenes2 de hoy representan la generación que intercambiará con la siguiente el desarrollo humano en todas sus dimensiones: espiritual, económica, social, religiosa, cultural, antropológica e incluso la inmanencia de la trascendencia. Hay que atender amorosamente la educación de la niñez y la juventud. No podemos perder tiempo y espacio, recursos y experiencias que hoy nos ofrecen las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). Estoy seguro que las TICs no han sido pensadas desde su construcción con fines biopedagógicos, pero es posible la reconstrucción de redes bioantropológicas que nos ayuden a introducir en la educación el redescubrimiento del amor por la vida.

Yo parto del principio de que nacemos con el germen del sentido de la vida, dado que este es el amor que se aprende y re-aprehende desde el seno materno-paterno. Y que va in crecendo, en la medida en que nos integramos como personas en una familia, una comunidad y la sociedad misma. El sentido no se adquiere mágicamente, sino que hay que cultivarlo como se siembra una semilla y después se va abonando, regando, podando y cuidando de las inclemencias del ambiente, para no quedar solo en la naturaleza silvestre, sino formar parte de la vida doméstica, de la casa a la que estamos llamados a conformar. La casa entendida como nuestra tierra en su infinita relación con el comos.

Lo virtual no sólo se debe acotar a la imagen que se percibe a simple vista y que no podemos aprehender. Lo virtual nos sugiere una comprensión compleja y sistémica. Es decir lo virtual nos puede mostrar múltiples caminos de aprendizaje. Bien señala Sherry “Aunque la vida artificial creada en el ordenador desafíe nuestro conocimiento de los procesos vivos, todavía es posible trazar la línea entre nosotros (las personas, los animales, los insectos reales) y ellos (los productos de la vida artificial), al decir que ellos están dentro de aquello (el ordenador) y nosotros estamos aquí afuera, en el mundo. Lo virtual no sustituirá jamás la necesidad del ser humano de aprender y de resignificar los encuentros vivos, es decir, ir y venir por los procesos de investigación en y con la naturaleza, y de la propia naturaleza humana. Ya que ésta –la investigación conciente– le está llevando al ser humano a no perder la capacidad de asombro por lo misterioso de la raíz de la vida. Así lo expresan muchos sabios de nuestras culturas. La física cuántica hoy nos sorprende.

II. Virtuosidad y virtualidad en la educación entre hombres y mujeres


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Pienso que la vida es una virtuosidad. El ser humano con conciencia universal se enternece ante el embarazo de una mujer o al ver nacer a un niño, a un hijo, es la expresión más cargada de amor. Por eso la virtud es bondad e integridad. La educación debe estar impregnada de toda esta manifestación que es gratuita. Ningún ser humano puede predecir la vida. La vida de la persona, de cada ser humano es única e irrepetible. Por eso no somos seres impredecibles, en el sentido de que no conocemos todo acerca del misterio de la vida. No vemos que no vemos. Por eso no vemos que podemos vernos. Que nuestros pensamientos no están separados del cuerpo. Cuerpo y espíritu constituyen una unidad, que se traduce en vida. La vida siempre ha estado en emergencia. Por eso somos seres impredecibles. No podemos cambiar el rumbo de nuestras vidas, pues el camino más seguro es la inmanencia de la trascendencia. La vida como unidad es la parte en el todo. Si nos reconocemos como parte, no como todo, el todo cohabita en nosotros. “Un hombre que dijo que la Vida-A no le hizo interesarse menos en la espiritualidad, sino más bien más; planteaba sus efectos de la siguiente forma: …Deja que la fuerza esté contigo, era algo propio de una nueva era… no tengo que pensar en mí como alguien fuera de la ciencia para creer en ello. Para mí, es llegada de Dios al lado de la ciencia, y los ordenadores lo han hecho posible”. (Turkle, S. 1997, p. 212).

Por lo anterior considero que virtuosidad y virtualidad son dos realidades complementarias que pueden servir a la educación de hombres y mujeres integrales. La educación requiere de la comunicación3 como principio de interacción. El antropo desde el momento de su creación le integraba el logo, tanto la palabra como la razón. Esta consustancialidad misteriosa ha conducido al ser humano por múltiples caminos en su devenir histórico; le ha acercado a la verdad y le ha alejado. La comunicación no sólo ha sido parlante, sino llena de símbolos e imágenes en su transmisión. La escritura podría decir –es lo más Sagrado– que de generación a generación se nos ha transmitido. Una fonética4 rica en significados se nos ha heredado por los primeros padres-madres de la humanidad. Si hoy podemos reconocer el pasado en por la palabra-razón-escrita que personas pensantes-actuantes hicieron posible mediante la empresa y la economía de la cultura de la información y la comunicación. Estos seres virtuosos llenos de significados y experiencias en la común-unidad-cósmica nos han expresado sentido a la vida con la música, la escultura, la pintura, la arquitectura, la poesía, la danza, la oración, la ciencia, la cultura. De ahí que lo virtual siempre ha estado presente en el ser humano, permitiéndonos el desarrollo de habilidades y destrezas inmanentes a nuestra virtuosidad.


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La educación virtual ha estado presente en nosotros desde la misma creación. Manifestándose de manera multirelacional, hoy las TICs nos acercan cada vez más a este maravilloso mundo intra-éter que poseemos los seres humanos. Experimentamos el vacío intra5, dentro de nuestras vidas, porque sin duda dentro de nosotros respira la esperanza de una vida llena de felicidad. La conciencia universal nos sumerge en la trascendencia, la visión éter; fuera de nosotros en el más allá que nuestros sentidos perciben como vida eterna, vida cósmica o “resurrección” para quienes profesamos el Cristianismo.


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Deseo concluir estas reflexiones con este aporte de Sherry Turkle “Los escritores utilitarios enfatizan el lado práctico del nuevo modo de vida. Los escritores apocalípticos nos advierten de la creciente fragmentación social y personal, una vigilancia generalizada, una pérdida del conocimiento directo del mundo. Hasta la fecha, sin embargo las visiones utópicas ha dominado el campo… Estamos tentados a creer, al lado de los utópicos, que Internet es un campo para el florecimiento de la democracia participativa y un medio para la trasformación de la educación… Mi visión desafía cualquier simple historia utilitaria. Para cada paso hacia delante en el uso instrumental de una tecnología (lo que la tecnología puede hacer por nosotros), hay efectos subjetivos. La tecnología nos cambia como personas, cambia nuestras relaciones y el sentido de nosotros mismos… Aunque no nos proporciona repuestas fáciles, la vida en conexión nos ofrece una nueva óptica a través de la cual examinar las complejidades actuales.”

III. Los seres humanos poseemos la impronta del amor como sentido de la vida en el tiempo y el espacio

El amor es la caridad entre los seres humanos. Es una impronta que está presente en la vida del ser humano. No se puede obtener mediante el esfuerzo de lo humano. Se requiere primero tener conciencia del ser y el estar en la vida en relación. Relación de la parte en el todo y del todo en la parte en constante intra-éter relación. El amor se traduce en el bien común y la intersolidaridad. Quien tiene amor no espera nada a cambio, su experiencia está en el sentido de que al dar más recibe. La humildad es una gran experiencia del amor. Quien tiene amor cuenta con el sentido de la vida. Esta condición es necesaria para reformar la educación planetaria. El amor emana en el intercambio intergeneracional de la vida. Por eso el niño crece bajo la tutoría de los padres: hombre (y) mujer, en complementariedad. La madre trasmite la vida (el amor) desde el seno mismo de gestación. El niño se desarrolla porque recibe el sentido de la vida que sus padres trasmiten porque también lo han recibido desde el seno paterno-materno; luego la familia y la comunidad participan en la tarea de conformar en el ser humano el homo sapiens.


Fuente: http://i3.ytimg.com/vi/ PHaOdZBW8KY/0.jpg

La vida que se vive día a día, instante a instante, en cotidianeidad se fundamenta en el amor. Son esos los escenarios que deben ayudar para repensar la reforma educativa que requiere la humanidad en este cambio de época; en el que las TICs han revolucionado los conceptos de espacio y tiempo, hablando hoy de “ciberespacio”, “espacio virtual”. La educación no debe caer más en engaños y mentiras. Pensar en una educación virtual sin principios puede conducirnos a un inclusivismo y a una exclusión de lo verdaderamente humano. Pues podemos poner en riesgo la privacidad y la libertad de la vida de los seres humanos al abrir las ventanas al ciberespacio. La impronta del amor permite al ser humano optar por el bien y por el mal. Tal parece que hoy predomina la opción por el mal en el “ciberespacio”.

A propósito de lo anterior Castells precisa “No es el Gran Hermano quien nos vigila, sino más bien una multitud de pequeñas agencias de vigilancia y procesamiento de información, que registrarán nuestro comportamiento siempre, ya que estaremos rodeados de bases de datos a lo largo de toda nuestra vida, empezando, dentro de poco, con nuestro ADN y nuestros rasgos personales (nuestra retina o la marca digital de nuestro pulgar). Esta clase de vigilancia sólo afectará directamente a nuestras vidas bajo los regímenes autoritarios (situación en a que de hecho vive la mayor parte de la humanidad) … si este sistema de vigilancia y control de Internet se desarrolla plenamente, no podemos hacer lo que queramos. No tendremos libertad, ni un lugar donde escondernos.” (Castells, M. 2001, p.206)

IV. La juventud des-orientada por las TICs

Actualmente podemos observar como los jóvenes se pierden en el océano de la información y la comunicación. La juventud busca el oriente, donde radican las raíces de la cultura de la vida. Pero se queda en occidente donde se promueve una cultura de la muerte; monopolizar y homogeneizar: des-orientar. Sin identidad y sin terruño no hay rumbo, no hay camino de la vida. Sin poner los pies en la tierra y elevar el pensamiento hacia lo alto el ser humano pierde todas sus dimensiones. La juventud está des-orientada. Los jóvenes viven en una “revolución triste”. Divididos por slogan, esnobismos, falsas ideologías y fundamentalismos: darketos, emos6, asexuados, homosexuados, terroristas. ¿Esta anomia es producto de la fragmentación producida por la educación mecanicista? ¿A dónde va la humanidad sino comprende estas manifestaciones?

Yo pienso que son gritos desesperados que nos emite la juventud. El sin sentido interior de la conciencia y de a vida nos reclama hoy, a través de la juventud, un cambio en nuestras relaciones e intenciones. La humanidad no puede sustraerse a esta grave problemática. De la juventud depende el cambio de época para el bien común. En la juventud está la transmisión intergeneracional de la vida y de los saberes de ésta. Nos jugamos el futuro de la humanidad con la des-orientación de los jóvenes. Todo esto quiere decir que nos enfrentamos en un tiempo-espacio (Kairos) propicio para reaprender y repensar la biopedagogía que nos conduzca hacia el camino del desarrollo humano. Sólo conspirando la educación podemos hacer frente a este desafío que nos presentan tantos jóvenes que han sido abandonados por una generación que se dio a la simplista tarea de reconstruir lo derrumbado por la guerra que anda en pos de los recursos energéticos. La educación de hoy debe optar por rescatar de la anomia a la juventud, sin reclamos y prejuicios por la vida.


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Volver a los jóvenes a oriente. Donde alguna vez uno de ellos predicó el amor al prójimo entregando su propia vida por amor, sin emitir juicio alguno contra el enemigo que lo llevó a la muerte. La educación de este siglo debe enarbolar la bandera de la paz y de la fraternidad entre todos los seres humanos, respetando la diversidad en pos de la unidad y la unidad-gratuidad en pro de la diversidad.


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Las divisiones generan guerras y las guerras generan cataclismos complejos. Dejar la guerra, implica un proceso biopedagógico y ciberespacial, que será tarea para la educación que se perfila como salvaguardia de la humanidad: de la niñez y de la juventud, de la familia y de la sociedad, de la tierra y del cosmos.

V. Sentimientos encontrados por la educación virtual

Que el origen de los medios virtuales de comunicación, especialmente de los ordenadores (computadoras) y del Internet, esté relacionado con los secretos del Pentágono, nos crea el máximo sentimiento encontrado; las TICs no fueron pensadas en su génesis para la educación, sino para el control, el almacenamiento y tal vez para el espionaje. ¿Por qué hablar hoy de educación virtual? ¿Es posible imprimir en las TICs procesos biopedagógicos? Yo creo que las experiencias de educación virtual en el mundo son contadas. Pero creo en la posibilidad del movimiento biopedagógico y de una economía para la vida. Tengo la esperanza en un desarrollo humano sostenible. Este espacio en el que participo y participamos un buen número de chiflados está en proceso de conspirar con los principios y valores del paradigma emergente en la educación holística.

Caordia es una “Red autónoma de interacciones y convergencias para un movimiento educativo alternativo”, y se autodefine como “un espacio virtual de encuentro, que posibilita la creación permanente y cambiante de conexiones, atractores y convergencias entre diversos grupos y personas involucradas o interesadas en el movimiento educativo propuesto por el programa doctoral”. Acabamos de vivir, cara a cara, la segunda reunión internacional de Caordia, en la que conspiré con seres humanos de 12 países del mundo el lanzamiento del portal que nos mantiene unidos en la red virtual.

Habrá que dar pasos en este sentido, que poco a poco, nos permitan salir de los sentimientos encontrados, motivados por nuestro arraigo en el modelo mecanicista con el que hemos sido formados. Yo presumo un Centro Comunitario Digital en una comunidad rural7 que está sirviendo de mucho para darle sentido a la vida de niños y jóvenes que no tienen otras alternativas educativas para su vida. Estoy seguro que la educación virtual no es la panacea para el cambio en la humanidad, pero si es un aliciente que nos abre una ventana de esperanza para atender la complejidad de los problemas que vivimos como familia, comunidad y sociedad.

VI. Bioantropología del saber saber y del ser ser

“La información, en lugar de transformar la masa en energía, produce todavía más masa. Es cierto que la televisión, a diferencia de los instrumentos de comunicación que la han precedido (hasta la radio), destruye más saber y más entendimiento del que transmite” (Giovanni Saortori, 2006

Se aprende en el camino de la vida, porque la vida se camina, se anda y sobre la vida se carga con la historia que a cada uno nos ha tocado vivir. En este sentido, pienso que la bioantropología nos plantea un pre-texto ( un tiempo) con un con-texto (en espacio) para delinear los rumbos del ser humano en su afán por acceder a la felicidad. Al respecto la educación se convierte en el motil-móvil del desarrollo de la humanidad.

La educación desde la bioantropología nos pro-mueve, nos ayuda en la tarea humana de enseñar a aprender los caminos del saber saber; sin alejarnos de nuestra humilde condición humana (polvo somos)8. Saber saber que la vida tiene un tiempo (un paso) y que ese paso nos conduce a un tiempo al ser ser (la eternidad). Porque mientras vivimos somos como ignorantes, ignoramos muchas cosas de nuestra vida. La educación debe plantearnos la realidad de la vida en el ser humano. Somos seres catapultados hacia un tiempo y un espacio eternos.


Fuente: http://4.bp.blogspot.com/_n3J-n3BbjM8/RlCsHXUQQvI/AAAAAAAAAK4/HzQAjB-Gc6I/s320/edu1.bmp

Hoy los medios masivos de comunicación nos educan con contenidos sin contextos, pura imaginación, como si fuéramos mentes infantiles eternamente. Hay que salir de esta estabilidad aparente sin referente. Nuestro referente es la conciencia cósmica, como la del Cristo, que no se dejó seducir por el tener, por el poder y por el placer de este mundo mecanicista, afianzado en lo material y mundano. Hay que estar dispuesto a dar el salto cuántico, antes de arder en la hoguera del sin sentido

Bibliografía

 


Notas

1 Universidad Veracruzana - Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES); luperez@uv.mx