Desafíos para los Docentes del Siglo XXI. Transbordar nuevos paradigmas de enseñanza.


Malpica Ichante, Susano*

Hernández Méndez, Griselda**


Resumen - El presente texto tiene como objetivo propiciar la reflexión en torno al desafío que supone para los docentes de este siglo el cambio de paradigma de enseñar. Innovar, transformar o modificar la enseñanza de los profesores, forma parte de los discursos de reformas educativas enmarcadas en políticas de gobierno, sin un pleno análisis del qué, por qué y para qué cambiar. Así, la insistencia de la transformación de la enseñanza se ha realizado desde lo técnico-instrumental y muchas veces sin el consentimiento de los profesores, actores principales de la enseñanza-aprendizaje.

Palabras claves – cambio; paradigma de enseñar; reformas educativas;

Abstract – The purpose of this text is to foster reflection on the challenge that teachers of this century pose for the paradigm shift in teaching. Innovate, transform or modify the teaching of teachers, is part of the discourses of educational reforms framed in government policies, without a full analysis of what, why and what to change. Thus, the insistence on the transformation of teaching has been carried out from the technical-instrumental point of view and often without the consent of the teachers, main actors of teaching-learning.

Keywords – change; paradigm of teaching; educational reforms;

Introducción

La discusión en torno a que la escuela tiene el cometido de responder a las situaciones coyunturales de un contexto tiene más de dos siglos de existencia. No obstante, hoy resuena con mayor impacto esa interpelación, sobre todo por la influencia de la globalización, la mundialización e ideologías de mercado, la presencia de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), las nanociencias, etcétera. La escuela tiene que adaptarse y responder a las nuevas exigencias, pues en su sentido tradicional se encuentra impedida para hacerlo.

Existe una preocupación por el futuro incierto y fortuito de las nuevas generaciones, propiciada por esta “nueva” y compleja sociedad-mundo. De allí que en México se vivan procesos de transformaciones curriculares en todos los niveles educativos, con la firme pretensión de devastar de una vez por todas el enciclopedismo exacerbado, el verbalismo docente, los aprendizajes librescos y memorísticos… que se soslayan por creerse concomitantes del fracaso educativo, inhibidor del desarrollo del país. No obstante, esa exigencia tiene más de un siglo de presencia. Basta ver los arduos trabajos del movimiento de la escuela nueva: Decroly, Montessori, Kilpatrick, Dewey, Freinet, entre otros. ¿Por qué no se ha podido revocar la educación libresca y en algunos casos, hasta dictatorial? (Hernández, 2011, p. 67)

Sin duda que la educación y, por ende los docentes, deben contrarrestar los peores e innegables efectos de la sociedad de la información y del conocimiento: la desigualdad evidente entre pobres y ricos; la inmersión a veces enajenante de los jóvenes en la cultura de la virtualidad, la cual modifica sus actitudes y comportamientos; el consumismo atroz de productos y estilos de vida promovidos y transmitidos por los medios de comunicación… La globalización y la ideología de mercado traen consigo cambios y rompimiento en los valores, hoy más que nunca lo material gana espacio y el egoísmo se incrementa, parece ser que el lema de Maquiavelo gana adeptos: “el fin justifica los medios”.

Bourdieu (1970), en la Reproducción señalaba que la escuela era el aparato ideológico con mayor impacto social, pues había desplazado a la misma iglesia y a la familia. Actualmente, las TIC han ganado tanto espacio en el mundo que se han convertido en el medio ideológico hegemónico (Hernández, 2018). De hecho, la mayoría de las escuelas públicas poco han cambiado, pues sus aulas siguen pareciéndose a las del medioevo: parcas, sin colorido y con un maestro recitador hábil para hablar, pero poco dispuesto para escuchar, incorporar las TIC y acompañar a los estudiantes en el aprendizaje.

Son muchos los problemas que se viven en este mundo global y globalizante, así como las exigencias de mercados internacionales, Banco de México, la misma UNESCO, entre otros. Por efectos de poco espacio, vamos a concretarnos en analizar los desafíos que todo ello supone para los docentes, quienes tienen que responder a vastas exigencias, a penas pinceladas en este texto.

Desafíos para los docentes de este siglo

Las quejas de profesores hacia sus alumnos apáticos y poco comprometidos, contrastadas con investigaciones (Hernández, 2014), son muestras del desafío que supone para los maestros, los alumnos reacios a la teoría, a la crítica, a la lectura, con problemas serios de escritura, influenciados por las TIC, etc. Y por otro lado, exigencias de un mercado laboral, de necesidades de índole social, económica, ambiental…

La UNESCO (2018) confirma que es el enfoque por competencias el idóneo para lograr estudiantes aptos para responder a esas necesidades y exigencias. Obviamente, para enseñar a ser competentes, antes se tiene que ser competente, lo que implica no solo poseer cultura general y un saber erudito, sino habilidades para crear ambientes de trabajo que promuevan capacidades en los alumnos, como la reflexión, la crítica, la pragmática, resolución de problemas; en pocas palabras, un profesor debe estar habilitado para diseñar su programa y por ende actividades, promoviendo tareas que lleven al desarrollo de esas capacidades y de actitudes necesarias para convivir en paz con los otros, resaltando valores humanos.

El proyecto Aula fue una estrategia institucional para apoyar la transformación de la práctica docente, bajo el enfoque de competencias (entre otros aspectos), implementado en el nivel licenciatura desde el 2009, en toda la Universidad Veracruzana. Se buscó que los docentes incorporaran en sus prácticas los ideales del modelo educativo institucional (educación centrada en el estudiante con enfoque por competencias, formación integral y flexibilidad curricular), a fin de favorecer a que los estudiantes adquirieran la capacidad para aprender y abordar, por sí mismos, los problemas y las tareas de avanzada en el mundo contemporáneo. A pesar de haberse aplicado en toda la UV, en cascada, no se tiene evidencia de su impacto. A través de un acercamiento que realizamos en una investigación que aún continua, se observó que los maestros continúan enseñando como habitualmente lo hacen, desde esquemas tradicionales (Hernández, 2014).

La Secretaria de Educación Pública, desde el 2017 a la fecha, promueve un proyecto de transformación de la práctica docente, a partir de la conformación de redes de comunidades, integradas por profesores de universidades públicas y por las escuelas normales superiores, del país. Esta propuesta, denominada RECREA por sus siglas Red de Comunidades para la Renovación de la enseñanza y el aprendizaje, pretende que en conjunto se reflexione, propongan y se diseñen situaciones, en una planeación, apoyándose en el modelo instruccional para el aprendizaje complejo.

En teoría los planteamientos de cualquiera de esos enfoques referidos, son adecuados para formar a los estudiantes de estas generaciones. Por eso en RECREA1 se asumen esos enfoques y se agrega la incorporación de las TIC y la investigación-docencia. Esto significa que un maestro de este Siglo debe estar formado en pensamiento complejo, competencias, constructivismo, uso crítico de TIC y en investigación-docencia, además de dominar su asignatura.

En una investigación realizada en los posgrados del PNPC de la UV (Hernández, Partido y García (2017), se encontró que los estudiantes de siete posgrados visualizan cualidades en sus profesores en varias dimensiones: profesionales, académicas, pedagógicas-didácticas y de índole ética y personal. Esto es, un docente es un humano con una serie de cualidades, aptitudes, capacidades y valores peculiares.

Los retos para el maestro suponen, que no basta con dominar la disciplina, no basta con implementar las TIC en el aula, no basta con hacer dinámicas las clases para no aburrir a los alumnos o usar materiales y técnicas creativas o acompañarlos en la construcción del conocimiento. Nada de eso es suficiente, si como personas y profesionales éticos algunos aspectos no están resueltos. Se necesitan profesionales responsables, comprometidos, con ética y entusiasmo para ser creativos y tratar a los estudiantes como humanos siendo humanos. Profesionales críticos que despiertan justamente el espíritu crítico e inquisidor de sus alumnos, que juntos construyen el saber como un reto, con incertidumbre y placer por aprender.

El meollo del asunto es que los docentes de este siglo fueron formados con un paradigma del siglo XIX, luego entonces, el cambio no es nada sencillo.

A manera de conclusión. Paradigma imperante… cambiar es necesario

Las reformas educativas son parte sustantiva de las agendas de gobierno. En éstas se delinean nuevas formas de enseñar. Sin embargo, indagaciones españolas y mexicanas, Rivilla (2006), Garrido (2006), Hernández (2011), muestran que los profesores no cristalizan en las aulas las sugerencias de las reformas por varias razones: 1) las reformas aparecen como propuestas exógenas e impositivas, no consensuadas, 2) la formación docente es técnica, no reflexiva, mucho menos crítica y centradas en la persona del docente y, 3) los paradigmas de enseñanza no son fáciles de transformar.

Respecto al punto tres, los paradigmas son sistemas de creencias, normas, categorías, aceptados, compartidos y generalizados por una comunidad, en este caso por los profesores, quienes han sido formados por años. Un paradigma se adhiere y como advertía Kuhn, se defiende, depura y se conserva. Es por eso que esquemas de enseñar de hace tanto tiempo siguen prevaleciendo, como el verbalismo, el enciclopedismo, el verticalismo, el reduccionismo, la racionalización y el atomismo del conocimiento.

El paradigma imperante e inhibidor del cambio es precisamente el positivista racionalista. No es que los profesores se nieguen obstinadamente al cambio, más bien no visualizan la influencia del paradigma en su formación y en su quehacer.

El paradigma cientificista-positivista, observa a la ciencia como absoluta, dada, verdadera, certera, causalista; privilegia el método hipotético-deductivo. Es reduccionista, determinista, atomístico. Por eso los profesores tiemblan cuando un estudiante cuestiona su saber, no están aptos aún para poner en tela de juicio lo que por mucho tiempo han aprendido como verdad, por eso defienden “su” saber y arremeten contra ese alumno presumido cuando en realidad se debería aprovechar esa sagacidad estudiantil. La construcción verdadera no se da porque los profesores marcan lineamientos, metas, límites. Lo mismo pasa con la investigación, no aceptan otras posibilidades.

Actualmente es difícil tener la certeza de que algo ocurra por la imprevisibilidad de los fenómenos naturales y sociales. No se tiene pleno control de nada; la realidad supera teorías añejas consideradas irrefutables (Hernández, 2011). No hay verdades absolutas, por ende, los profesores desperdician el tiempo enseñando saberes estáticos, en lugar de permitir la duda, la incertidumbre, el arte e incluso la chifladura al aprender.

Si bien hay que formarse en competencias, en constructivismo, en TIC, en cualquier metodología pedagógica innovadora, el gran reto de hoy es formarse como persona y profesional en pensamiento complejo y la tarea no es sencilla. Luego entonces por allí debemos comenzar, con transformar nuestro paradigma.

Referencias

  1. Garrido, C. y Rivilla (2006) Formación del profesorado para el cambio curricular del centro. Madrid: España.
  2. Hargreaves, A (1999) Profesores, cultura y postmodernidad (cambian los tiempos, cambia el profesorado. España: Morata.
  3. Hernández, M. G. (2011) Transformar el subsuelo antes de modificar la superficie. En Revista Educación y Humanismo 20. Colombia: Simón Bolívar.
  4. Hernández, M. G. (2018) Caminito de la escuela con tecnología el alumno va. En Revista Interconectando saberes núm. 4. IIESES.
  5. Hernández, M. (2014) La estrategias de enseñanza que implementan los profesores de la Universidad en el marco de las exigencias del nuevo modelo educativo (investigación en proceso).
  6. Hernández, Partido y García (2017) Cualidades de un buen docente percibidas por estudiantes de posgrados de la Universidad Veracruzana. Ponencia presentada en el Primer Congreso Internacional de Investigación Educativa Educación celebrado en noviembre en la ciudad de Chetumal, Quintana Roo.
  7. Kuhn T. (2000) Las Revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica
  8. http://competenciasdelsigloXXI-UNESCO-EDUCAR-Competencias
  9. http://www.innovacesal.org/innova_public_docs01_innova/ic_publicaciones_2012/pubs_ic/pub_02_doc02.pdf
  10. Secretaría de Educación Pública(2017) RECREA EN EDUCACIÓN SUPERIOR. documento de trabajo. Ciudad de México: México.

Notas

1El proyecto RECREA es una iniciativa de la Subsecretaría de Educación Superior, coordinada por la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación y la Dirección General de Educación Superior Universitaria, apoyada técnicamente por siete Escuelas Normales y siete Universidades Públicas Estatales.

Autores

*Universidad Veracruzana, México;smalpica@uv.mx
*Universidad Veracruzana, México;griseldahm2001@yahoo.com.mx